Llega uno de los días más esperados de la Semana de Pasión, el Viernes Santo, y el pueblo espera a ver a su Señor Jesús Nazareno junto a San Juan Evangelista y María Santísima de las Lágrimas.
La Archicofradía, con sede canónica en la parroquia de San Miguel Arcángel, fue fundada en el siglo diecisiete, es una de las más aclamadas por el pueblo y que mayor fervor provoca.
Con su salida en la “madrugá” del Viernes Santo, a las 6.00 de la mañana, la figura procesional de Nuestro Padre Jesús Nazareno, fechada entre los años 1580-1600, San Juan Evangelista y María Santísima de las Lágrimas, inician un largo camino hacia la Plaza Ducal, en donde se celebra desde hace siglos el “Mandato”, una escenificación de los evangelios de la Pasión de Cristo propuesto como bien de patrimonio inmaterial de la humanidad.
También cuenta con centuria romana propia, a pie y a caballo.









