Las puertas de la fachada de la iglesia de Santa Clara de Marchena están abarrotadas de gente esperando con ansias ver de nuevo al “macaco” -apodo cariñoso por el que se le conoce al Señor de la Humildad- tres años después de su última procesión.
La hermandad de Nuestro Padre y Señor de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de los Dolores, fundada en el año 1820 en el Convento de San Francisco y trasladada en 1846 a su actual sede canónica en el Convento de Santa Clara, es la única procesión del Miércoles Santo y segunda de la Semana Santa marchenera.
Tras el Pregón del Prendimiento, dramatización del pasaje evangélico de la Pasión de Cristo del mismo nombre, y escoltado por la Centuria Romana, avanza por las calles de Marchena el paso del Señor de la Humildad, al que le sigue el palio de Nuestra Señora de los Dolores.















