La noche del Viernes Santo se ve marcada por la emoción y el luto tras la muerte de Cristo en la cruz. Las calles se oscurecen con la presencia del Cristo de San Pedro, mientras su madre, María Santísima de las Angustias, avanza tras él acompañada de San Juan Evangelista, que la consuela.
Esta hermandad fue fundada en el siglo XVI y tiene su sede en la iglesia de Santo Domingo, parte del antiguo convento de monjes dominicos de San Pedro Mártir.