Cuando la oscuridad se cierne los pensamientos empiezan a bullir.
La sombra sigue acercándose, ritmo constante, no para, no decelera,
pero nunca llega ni llegará.
Todas las noches igual.
La tensión aumenta, se hace cada vez más insoportable, pero al final
siempre vuelve a hacerse de día.
¿Todo era verdad? ¿O todo era mentira?
¿A qué jugamos? ¿quién nos esquiva?
Ha vuelto a aparecer. Se acerca, casi la toco, pero no llego.
Nunca se va. Nunca se queda.
Y ahora, ojeras tempraneras.
¿¿Dónde estás??
Sueña (Cuentos de Ficción)
M. Angeles Rodriguez 3 septiembre, 2016
La foto, preciosa. Y la modelo, mucho más.